Grazalema recibe los restos del soldado republicano Miguel Ramírez Fajardo
Acto de este mediodía en el cementerio municipal |
Su deseo era que sus cenizas
reposaran en su pueblo natal, tras pasar décadas en el exilio: "De
Miguel quedan sus hechos. Su lucha personal. Su lucha contra la
tiranía", ha declarado el alcalde
Este
mediodía han sido depositados en el cementerio municipal de
Grazalema, en la zona de panteones, las cenizas del grazalemeño
Miguel Ramírez Fajardo, fallecido hace semanas en la localidad de
West Byfleet (Reino Unido), adonde vivió tras formar allí su
familia, toda vez que pasó años exiliado de nuestro país. Falleció
a la edad de 101 años.
Miguel
Ramírez Fajardo, quien “personifica las penalidades de la Guerra
Civil y el exilio” y fue “un claro defensor de los valores
democráticos contra la tiranía, el fascismo y las dictaduras”,
según ha defendido el Ayuntamiento, fue un valiente soldado
republicano que combatió contra el fascismo y que, por deseo propio,
ya descansa en su pueblo natal, adonde acabó no volviendo en vida.
En
el acto de hoy han estado sus hijos, Miguel y José Luis, y un grupo
de familiares, así como el alcalde, Carlos Javier García, y los
concejales del Gobierno municipal: "De Miguel queda su fuerza.
De Miguel quedan sus palabras. De Miguel quedan sus hechos. Su lucha
personal. Su lucha contra la tiranía. Su lucha contra los
desalmados", ha declarado el alcalde en el emotivo acto
celebrado en el cementerio, oficiado por el regidor: "Beltort
Brecht dijo: 'Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros
que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y
son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida. Esos, son los
imprescindibles', y Miguel
era uno de esos imprescindibles", afirmó García.
El
alcalde añadió que “además, estoy seguro, Miguel fue un buen
padre. Y digo esto porque tengo la convicción de que tuvo la
capacidad de transmitir su calidad humana a José Luis y a Miguel, a
vosotros, sus hijos. Calidad humana que demostráis hoy, de veras,
con este acto de justicia. Permitiendo que los restos de vuestro
padre descansen en esta otra tierra suya”. Añadió García que “en
Grazalema recibimos a vuestro padre con los brazos abiertos. Podéis
saber, porque alguna vez mostró dudas, que regresa a su país con la
cabeza bien alta. Dijo en vidaque brindó con coñac en un pajar la
rendición de los alemanes. Que disfrutó viendo cómo firmaban con
la cabeza baja; mirando al suelo. Nosotros hoy miramos a las montañas
que cobijarán el recuerdo de Miguel. Ese héroe de origen
grazalemeño. Que fue mucho más que un superviviente”.
El
alcalde concluyó el acto aludiendo a un poema de Miguel Hernández:
“Llegaron
a las trincheras
y dijeron firmemente:
¡Aquí echaremos raíces
antes que nadie nos eche!
Y la muerte se sintió
orgullosa de tenerles”.
y dijeron firmemente:
¡Aquí echaremos raíces
antes que nadie nos eche!
Y la muerte se sintió
orgullosa de tenerles”.
SU
VIDA DE SOLDADO
Tras abandonar
Grazalema, Miguel Ramírez Fajardo combatió en distintos frentes:
Málaga, Batalla del Ebro, Belchite o Teruel. Al final tuvo que
exiliarse de nuestro país tras la caída de la República. Tras
cruzar la frontera de Francia a través de La Junquera, permaneció
en un campo de internamiento cercano a Perpignan hasta que, por
razones de pura subsistencia, se alistó en la Legión Extranjera. Ya
enrolado en el ejército francés fue trasladado a Africa y, poco
después, a Noruega, ya invadida por Hitler. Llegó a sufrir hasta 5
heridas de bala en el curso de una operación militar planteada para
tomar el puerto noruego de Narvik. Evacuado a Inglaterra, tras su
curación se enroló en el Ejército británico para acabar
recalando, junto a otros soldados republicanos españoles, en la
Compañía número uno de Pioneros. En esta unidad intervino en el
desembarco de Normandía.
En Inglaterra, donde
pasó buena parte de su vida, Miguel se casó con Ascensión Belón,
una vizcaína huérfana de la guerra, que fue trasladada a un centro
de acogida de niños vascos en Cambridge. Sus vidas arraigaron en
Reino Unido, y allí tuvieron dos hijos, ambos de nacionalidad
británica.
Hace 7 años, en
2010, el Ayuntamiento y la Diputación Provincial de Cádiz ya
brindaron un reconocimiento a Miguel Ramírez Fajardo. La Junta de
Andalucía, a través de su Dirección General de Andaluces en el
Exterior, también le ofreció un reconocimiento, así como la
Embajada Española en Londres. Junto a ellos, figura también un
reconocimiento oficioso: el de Caballero de la Orden de la Lealtad a
la República Española concedido en 1975 por el Gobierno de la
República Española en el Exilio.