LA DIPUTACIÓN HOMENAJEA AL GRAZALEMEÑO MIGUEL RAMÍREZ FAJARDO
El servicio de Memoria Histórica de la delegación de Ciudadanía de Diputación rendirá homenaje el próximo lunes 12 de julio a las 20.00 horas, en el Salón del Claustro del Palacio Provincial, a Miguel Ramírez Fajardo (Grazalema, 5 de septiembre de 1915). El acto estará presidido por la responsable de Ciudadanía, María Naval.
Miguel Ramírez Fajardo combatió como soldado republicano en la Guerra Civil en distintos frentes: Málaga, Batalla del Ebro, Belchite, Teruel... La derrota va ligada al exilio y tras cruzar la frontera con Francia permanece en un campo de internamiento cercano a Perpignan hasta que –por razones de pura subsistencia- se alista en la Legión Extranjera. Ya enrolado en el ejército francés es trasladado a África y, poco después, a Noruega, ya invadida por Hitler.
En el curso de una operación militar planteada para tomar el puerto noruego de Narvik sufre cinco heridas de bala. Miguel Ramírez es evacuado a Inglaterra y, tras su curación, se enrola en el Ejército británico para acabar recalando –junto a otros soldados republicanos españoles- en la Compañía número 1 de Pioneros. En esta unidad interviene en las operaciones logísticas que preparan el desembarco de Normandía.
Casado con Ascensión Belón, vizcaína, huérfana de guerra y trasladada a un centro de acogida de niños vascos en Cambridge. Sus vidas arraigan en Inglaterra donde tienen 2 hijos, de nacionalidad británica.
Al menos 2 instituciones públicas ya han reconocido la valerosa trayectoria de Miguel Ramírez Fajardo y su lucha en defensa de los valores democráticos: la Junta de Andalucía, a través de su Dirección General de Andaluces en el Exterior, y la Embajada Española en Londres. Junto a esos reconocimientos figura uno oficioso, pero no menos significativo: Caballero de la Orden de la Lealtad a la República Española concedido en 1975 por el Gobierno de la República Española en el Exilio.
Diputación quiere rendir el próximo lunes un justo tributo a este gaditano de Grazalema que, más allá de sus vivencias bélicas, condensa el sufrimiento de una generación que sufrió múltiples penalidades y la amargura del exilio.