Grazalema objeto de estudio pluviométrico
Y dice así:
De todos es sabido que son muchos los factores que intervienen en el clima de un lugar. La intención de este comentario es simplemente incidir en las causas de la extraordinaria pluviometría de estos dos puntos de la geografía peninsular.
El observatorio de Grazalema, en Cádiz, está situado en el interior de la sierra del mismo nombre, a 812 m de altitud. En el período comprendido entre 1960 y 1990 presenta 2.223 mm anuales. El observatorio de Artikutza, en Navarra, está situado en la vertiente norte del Macizo de Cinco Villas, a 330 m de altura. En el mismo período, presenta una media anual de 2.772 L/m2.
Lo curioso del caso es que ambos observatorios están situados en los límites norte y sur de la península ibérica (43º 14´ latitud norte Artikutza y 36º 46´ norte Grazalema), que como se sabe, está en su mayor parte por debajo de los 600 mm anuales. La causa de su altísima pluviometría está en el viento dominante, pero mientras en Artikutza es el viento húmedo del noroeste el que trae las lluvias, en Grazalema es el del suroeste.
Artikutza, con sus robles, hayas, fresnos y castaños, presenta datos típicamente oceánicos. Las lluvias son abundantes todo el año. De diciembre a marzo, los anticiclones invernales provocados por la corriente en chorro impulsan en superficie viento del noroeste cargado de humedad en su desplazamiento por el mar. Al encontrarse con el primer relieve montañoso el aire asciende, se enfría, la humedad se condensa y precipita. No hace falta comentar que en este primer relieve montañoso se encuentra Artikutza. En el resto de la Península, el tiempo es frío pero seco. En primavera y otoño el frente polar baja en latitud y se rompe en multitud de borrascas.
Sin embargo, las borrascas que cruzan la Península no producen lluvias en Artikutza hasta que se sitúan al este, en el Golfo de León, desde donde, una vez más, impulsan vientos del norte o noroeste. Por último, en verano, el anticiclón de las Azores sube en latitud y se sitúa al oeste de Portugal. Predomina el tiempo cálido y seco en toda la Península, salvo en Artikutza, que en esa coyuntura también recibe vientos húmedos del noroeste. No es pues de extrañar que reciba lluvias todo el año.
A estas situaciones sólo cabría añadir que las aguas del Golfo de Vizcaya son anormalmente cálidas, por llegar hasta ellas un ramal de la corriente del Golfo de México. Esta agua cálida absorbe más humedad y refuerza el proceso.
En Grazalema, un parque natural donde también hay hayas e incluso abetos, el proceso es similar, pero aquí los vientos húmedos proceden del suroeste. Si en Artikutza el viento sur, aunque sea en forma de borrasca, no produce lluvia, en Grazalema es el causante de su enorme pluviometría. En otoño y primavera, las borrascas que cruzan el cabo San Vicente impulsan vientos cargados de humedad, que al chocar con la primera sierra que se halla en su camino, Grazalema, descargan enormes cantidades de agua. La altura de la sierra, cercana a los 1.700 m en su punto más alto, da más intensidad a esta dinámica. Y como en primavera, otoño e invierno son muy frecuentes las borrascas que siguen esta ruta del estrecho, la lluvia tiene pocas interrupciones. En verano predomina la subsidencia del aire y tanto julio como agosto son meses secos sin alcanzar los 30 mm de lluvia.
